Cuatro jóvenes que fingieron irrumpir en un centro de detención del nordeste de Brasil disfrazados con el mono rojo y la máscara de Salvador Dalí de la exitosa serie española "La Casa de Papel" fueron denunciados este viernes por causar alarma y atentar contra la seguridad.
Los hechos se produjeron el pasado 17 de abril cuando los "youtubers" se presentaron vestidos de ese modo frente al centro de detención Cotel, en la zona metropolitana de Recife, para grabar un vídeo en tono jocoso.
El grupo se acercó a una estructura de alta seguridad del centro, "lo que desencadenó una actuación inmediata de los agentes penitenciarios, que creyeron que estaba en curso una invasión con la finalidad de rescatar presos", explicó la fiscalía del estado de Pernambuco en un comunicado.
"Además de causar un extremo riesgo de muerte por la posibilidad inminente de que se realizasen disparos, la acción de los denunciados generó un tumulto generalizado en el Cotel, después de que gran parte de los agentes penitenciarios fueron movilizados para contener y dominar a los invasores, lo que dejó otras áreas vulnerables y causó peligro evidente al servicio prestado", detalla la nota.
En el violento sistema penitenciario brasileño, los rescates de internos de facciones criminales efectuados desde el exterior son comunes y suelen saldarse con muertes.
Los jóvenes fueron detenidos temporalmente ese mismo día y tanto las imágenes de su captura como otras fotos aparentemente posadas emulando la serie de Netflix fueron exhibidas en la televisión brasileña y viralizadas en la red.
"No debimos bromear con esta situación de riesgo, aún menos en un presidio. Sí, reconozco que me equivoqué, pero podrían habernos librado porque no llevábamos armas, ni droga, ni hacíamos nada malo (...) y en cambio, nos quisieron ridiculizar, tomándonos fotos arrodillados, obligándonos a colocar la máscara para hacer escenas", se lamentó en su canal de Youtube Gerson Albuquerque, uno de los denunciados.
La fiscalía de Pernambuco los acusó de "atentar contra la seguridad del servicio de utilidad pública, desacatar a funcionarios públicos, provocar alarma o un acto capaz de producir pánico o tumulto y de corrupción de menores", ya que uno de los chicos tenía 17 años.